vv
CRÓNICA DE LA VISITA Y REUNIÓN MANTENIDA POR LA DELEGACION PROVINCIAL DE MADRID "STA. MARÍA DE LA CABEZA" DE LA SOCIEDAD DE ESTUDIOS TEMPLARIOS Y MEDIEVALES TEMPLESPAÑA EN LA CIUDAD IMPERIAL DE TOLEDO, CRISOL Y BANDERA DE LAS TRES CULTURAS
vv

 

vv
Crónica:
José Carlos Sánchez Montero
Apuntes históricos:
Vicente Ignacio Sánchez Rodríguez
Fotografía:
Ricardo Martínez & Emilia Cobo de Lara
Diseño web:
Fernando Arroyo
vv

 

En el día 28 de febrero de 2004 se celebró una visita y reunión de la Delegación madrileña de Templespaña en la ciudad de Toledo.

 

El programa de la misma, especificaba el punto de encuentro en la calle Chapinería sin número, la hora en la que debían encontrarse los asistentes, las 9,00 a.m.

 

Hubiera sido cualquier lugar y cualquier hora elegidos al azar para comenzar por algún sitio de forma aleatoria, pero no..., el motivo de ese lugar y esa hora era la asistencia voluntaria en la Muy Ilustre Capilla Mozárabe de la Catedral Primada, a las 9.15 a.m., a una misa oficiada por el diácono de la Catedral bajo el Rito Hispano-Mozárabe.

La Capilla Mozárabe se encuentra en el lateral izquierdo de lo que son las puertas principales del templo, la del Perdón, la de Escribanos y la de las Palmas, denominaciones antiguas que hoy vemos se han sustituido por otras como "de reyes" o "príncipes". Hay un dato curioso a destacar, y es que ésta capilla fue donada por el insigne Cardenal Cisneros en el año 1500, como Capilla del Corpus Christi con la intención precisamente de perpetuar el Rito Hispano-Mozárabe.

 

Por ello se encargó, personalmente, de recopilar todos los códices y documentos que existían con el fin de reconstruir el misal y breviario de éste rito, cosa que finalmente hizo editándolo en Toledo.

 

Para aquellos que no conozcan el bellísimo rito que se formó a partir de un esquema fundamental común a todas las liturgias (Liturgia de la Palabra, Plegaria Eucaristía y Rito de Comunión), especificar de forma rápida y a modo de pincelada visual si se le permite a este cronista y con el mayor y más profundo respeto, que consiste en la celebración de la misa en latín de forma cantada por el diácono que oficia el rito, acompañado en diversos momentos por un coro de voces armoniosas de varios sacerdotes.

 

Cisneros, para la construcción de la Capilla compró al Cabildo Catedralicio lo que entonces era sala Capitular y otra capilla contigua por un importe de 4000 florines de oro. Su planta cuadrada observa en su interior, entre otros elementos de una belleza artística sin parangón, cómo se eleva hacia el cielo de forma sublime, buscando la perfección más absoluta, una cúpula octogonal sobre cuatro pechinas en forma de concha. En este punto, debemos resaltar también un detalle, y es hablar de los indicios hallados al respecto de un más que posible artesonado que habría desaparecido junto con toda su decoración en un incendio.

 

Por no extender más de lo necesario el contenido de esta crónica, no vamos a retratar las innumerables obras de arte que allí se contienen, pero permítaseme tan sólo una parada para resaltar una, y esta es un crucifijo de tamaño natural realizado por entero y de una pieza en raíz de hinojo. Este fue donado por un padre dominico a la Capilla en 1590. Para el recreo de la vista mientras el espíritu encuentra el sosiego con los salmos, nos rodean, como si de una sábana cromática se tratase, frescos de Juan de Borgoña que cuentan con exactitud la expedición y conquista de Orán.

 

Una vez acabado el rito, abrazos y saludos preceptivos siguieron entre los miembros de la expedición. El presidente de Templespaña y miembro de la Delegación madrileña don Fernando Arroyo Durán, se hizo para mayor regocijo de todos y con el beneplácito del diácono de la Catedral, con un Ordinario de la Misa de Rito Hispano-Mozárabe.

 

Este que les escribe sabe de buena tinta que al 95% de los asistentes les rondó por la cabeza hacerse con él de forma distraída.

 

EL RITO HISPANO-MOZÁRABE

(Extraído del Ordinario de la Misa de la Muy Ilustre Capilla Mozárabe de la Catedral de Toledo)

 

El Rito Hispano-Mozárabe es uno de los diversos ritos que en el transcurso de los tiempos se fueron formando en las distintas regiones por donde se extendió la Iglesia. Todos derivan de aquella primera “fracción del pan” que practicaron los apóstoles, según las instrucciones recibidas de Jesús, para conmemorar su muerte y resurrección, celebrando la Eucaristía. Posteriormente, a la primitiva sencillez de aquellas celebraciones se fueron añadiendo nuevos elementos de lecturas sagradas, oraciones e invocaciones, diferenciadas según el tiempo y el lugar. Así fueron surgiendo las diversas maneras de celebración que ahora llamamos ritos. Surgieron los ritos orientales, celebrados en griego y en otras lenguas orientales, y surgieron los ritos occidentales, celebrados todos en latín, pero con diferencias entre ellos. Tales fueron el rito romano, el milanés o Ambrosiano, el galicano, el norte-africano, el bracarense y el hispano.

 

El rito Hispano es por tanto la manera propia de celebrar las acciones litúrgicas en la Iglesia Española en los primeros diez siglos de su historia. Se usó primero por los cristianos hispano-romanos, se siguió usando bajo la dominación de los visigodos, época en que los grandes Padres de la Iglesia visigoda lo enriquecieron considerablemente, y también por los cristianos que permanecieron bajo la dominación musulmana en las diversas regiones de la España dominada y por los que se mantuvieron en las regiones no ocupadas.

 

Cuando el papa Gregorio VII decidió extender el rito romano por toda la cristiandad europea, los reyes de Aragón y después los de Castilla, no sin resistencias, acabaron por aceptar el rito romano, desapareciendo entonces el rito hispano en los reinos cristianos de la península. Se mantuvo, sin embargo, en los territorios ocupados y fue entonces cuando comenzó a llamarse “mozárabe”, como se llamaba a los propios cristianos sometidos al Islam. El centro fue Toledo, ya que en el Andalus eran ya pocos los cristianos residentes, a causa de las constantes emigraciones y también de las apostasías por la continua presión de los dominadores.

 

Se llegó a una solución de compromiso. El rito mozárabe se mantendría vigente en seis parroquias de la ciudad, a las que se asignaron de forma personal los cristianos que vivían en la ciudad antes de la reconquista, fuera de distribución territorial, introduciéndose el rito romano en la Catedral y en las parroquias territoriales creadas para los nuevos pobladores, castellanos y francos.

 

Así perduró el rito hispano-mozárabe en seis parroquias. Y así se han conservado también unas familias, que agrupadas por esa singularidad de su condición, arropadas por los privilegios que les fueron concediendo los reyes castellanos, y a causa de su pertenencia personal, que no territorial, a unas determinadas parroquias, han mantenido viva su mozarabía, atestiguada por los libros parroquiales, mientras en otras partes de España, los descendientes de los antiguos mozárabes han perdido la memoria de su origen.

 

Pronto, sin embargo, los mozárabes toledanos, por diversas causas, comenzaron a disminuir en algunas de las parroquias mantenidas por ellos, hasta el punto de que en el siglo XVI ya no tenían feligreses las parroquias de San Sebastián y de San Torcuato. Pero se mantuvieron en las otras, incluso con feligreses que residían fuera de Toledo, que por ser feligreses a título personal y razón de descendencia, seguían tributando sus diezmos a la parroquia mozárabe a que pertenecían. Y siempre, los de fuera y los de dentro, bajo la autoridad pastoral de los Arzobispos de Toledo, considerados Superiores del Rito, como recientemente ha reconocido la Santa Sede al atribuir tal condición al arzobispo de Toledo.

 

La mañana avanza sobre las cabezas de los presentes en un confuso cielo mezclado de sol y nubes como panza de burra. El aire es frío, muy frío, pero la compañía y la conversación muy cálida, y en estas se inicia camino hacía la Iglesia de S. Miguel, donde esperan los miembros toledanos de Templespaña doña Mercedes Izquierdo y don Vicente Ignacio Sánchez, estimado y estimable colaborador, coautor de esta crónica que ahora disfrutan sus ojos.

 

Nuestros pasos avanzan por camino ascendente recorriendo las callejuelas de la aljama judía por las que un día bullía la vida comercial. Llegamos al barrio del Temple (hoy barrio de S. Miguel), y una pequeña plaza llamada "del Seco", donde la Orden del Temple tuvo su sede administrativa, religiosa y caritativa, nos recibe. Uno de sus edificios es la famosa Casa del Temple, hoy convertida en un lujoso restaurante en que se conservan restos de artesonados y otros elementos medievales, y que gracias al gentil talante de su jefe de cocina don Ángel León, al que desde estas líneas doy las gracias, pudieron visitar todos los asistentes a la reunión.

 


Pero vayamos por partes. Se visita la Iglesia templaria de S. Miguel. Félix, su sacristán, proporciona el paso. Quien ahora les narra la visita, no tiene palabras en su pluma para describir la belleza de cuanto allí se contiene y el bochorno que produce observar el desatino de los responsables de que esa maravilla se encuentre en tal estado de dejadez absoluta. Mi reproche desde este marco para ellos.

 

Geográficamente está situada en uno de los puntos más altos de la ciudad, próximo al edificio del Alcázar y en línea directa con el Castillo templario de S. Servando.

(Hacer clic en imágenes)

 

No hay constancia documental de la misma hasta el año de 1174 que se cita en manuscritos mozárabes. Se atribuye como capilla anexa a las dependencias que la Orden del Temple tuvo en el barrio, en concreto el palacio y el hospital, de los cuales hoy nos produce gran pesar decir que sólo queda la edificación conocida como Casa del Temple, y el desaparecido Palacio de la Parra, dónde se supone la existencia del hospital llamado de S. Miguel o de Peregrinos. En el interior de estas edificaciones podemos encontrar artesonados y grandes vigas de madera labradas con caracteres cúficos que representan distintas suras del Corán.

 

Como curiosidad reseñar, que en 1845, en una de estas casas apareció la conocida como "botica templaria", una alacena mudéjar que por la cantidad de 500 pesetas, fue desmontada y vendida con destino al londinense South Kensington Museum. Permitan una nueva intromisión para decir que en este punto prefiero no pronunciarme porque el hecho mismo habla por sí solo. Subrayo todos y cada uno de los pronunciamientos que casi con total seguridad rondan en estos instantes sus mentes.

La Iglesia se construye sobre las ruinas de una mezquita, de la que nada queda a excepción de un arco de herradura y restos de un alfiz, hoy cerrados y que se supone debió ser la entrada principal. Hubo en su tiempo de tener gran importancia, puesto que contó incluso con un claustro que hoy está desaparecido.

Algunos vestigios que se conservan son, por ejemplo, un humilde capitel ametrallado en la Guerra Civil, del que milagrosamente se salvó la cruz paté al igual que en una de las campanas de la torre. En este punto, la locuacidad de Félix acrecentada en gran medida por el "donativo" que Fernando Arroyo en nombre de todos entregó a la parroquia, amenizó a todos los presentes y en un instante se hizo mucho más que interesante al resaltar que él no disponía de la llave donde se guardaban las reliquias antiguas, pero esto sin duda será objeto de crónica aparte.

 

Lo más destacable de todo ello, es la pila bautismal, tallada en piedra negra y con inscripciones en su perímetro que descansa sobre una base octogonal de losas de pizarra negra, situada en el interior de lo que fuera la entrada principal de la mezquita.

Anécdota aquí, es que hay literatura al respecto de que un sacerdote, al que la tradición atribuye merma en sus facultades mentales, que afirma que nacido en Toledo el descubridor de las Américas fue bautizado en esta pila. Que cada cual extraiga sus propias conjeturas.

 

También se pueden encontrar en el jardín lápidas funerarias sobre las cuales había unos blasones que hoy han desaparecido. Allí igualmente encontramos una esbelta y alta torre, restaurada de arcos semicirculares entrelazados, ventanas gemelas y arquerías polilobuladas.


 

Tras la visita al templo y cuando el reloj marcaba las 11.30 a.m., la comitiva se detiene delante de la puerta de una casa. Una casa llamada entre otros muchos nombres "del Candil", por la representación de éste en el quicio de su entrada. También se la llama Bodegas de Vázquez" o "Casa del Duende", que es por el nombre que últimamente más se la conoce.

Sus propietarios son Salvador y María, familia que continúa con la tradición de ceramistas que siempre hubo en la edificación. María recibe en la entrada y amablemente invita a pasar y visitar lo que veníamos buscando.

 

Se preguntaran ustedes ¿qué quieren visitar un grupo de personas en una casa particular en la ciudad de Toledo? La respuesta a esta pregunta es las cuevas de S. Miguel, donde algunos estudios dicen que pudieron encontrarse unas catacumbas cristianas y del mismo modo unas mazmorras en las que Santa Leocadia fue confinada, ya que cerca de allí se encuentra el lugar donde se erigió la parroquia con el nombre de esta santa y patrona de Toledo. En las cercanías, en cuevas desgraciadamente hoy desaparecidas, se depositaron por parte del rey Alfonso X, los restos mortales del rey visigodo Wamba.

Justo enfrente de la reja de forja que permite el paso al interior de las cuevas en el patio de la casa, con una rica decoración en azulejo, encontramos una típica cocina toledana, pequeña, coqueta, que representa a escala reducida la cocina de la Casa del Greco.

 

Linterna en mano los componentes del grupo inician el descenso con prudencia. Nos encontramos con un entramado de galerías que ascienden y descienden a diferentes niveles, con configuración laberíntica.

 

Estas cuevas excavadas en la roca viva, no presentan indicio alguno del material o útil con el que pudieran haber sido excavadas, ni resto alguno que hubiera facilitado su datación.

Sus techos superan los dos metros de altura y su forma es trapezoidal. La primera sala que el visitante contempla eleva una cúpula al exterior de más de cinco metros. Al final, dos tinajas con una madera encima sirvieron de improvisado mostrador para las reuniones que el bohemio grupo del Candil celebraba al calor de un buen vino. Cuando los ojos lo permiten, el paso de este grupo por aquí es observado al contemplar a "Carmencita", que se supone es la hija de uno de los contertulios de este grupo, el afamado pintor Guerrero Malagón.

 

Una escalera zigzagueante nos da paso a una pequeña recámara donde la dueña de la casa manifiesta abiertamente no querer subir. La estancia cuenta con dos puertas cegadas. El misterio rodea a esta habitación donde se refiere unida a la actitud de los dueños, la referencia a extrañas sensaciones percibidas por algunos de los visitantes. Más allá de las connotaciones misteriosas o mágicas del lugar, a más de uno de los asistentes le pareció un buen lugar para una vela de armas.

Siguiendo las galerías, una nos lleva a otra sala en la que se puede observar una salida tubular al exterior de unos seis ó siete metros donde los estudiosos cabalistas que especulan con su utilización por parte de la Orden del Temple dicen serían realizadas ceremonias iniciáticas.

 

A la salida de las cuevas, la expedición se encuentra con el interés que entre los medios de comunicación ha despertado la visita de Templespaña a Toledo. Siendo así, que el delegado regional de Madrid, don José Carlos Sánchez Montero, es entrevistado para un programa local de la “Cadena SER”, donde se realizan preguntas al respecto de qué es Templespaña y la relevancia de la Orden en la ciudad. Pero éste no es el último contacto con los medios puesto que poco antes de iniciar la comida, una reportera gráfica del diario “Día de Toledo”, se personó en el restaurante a hacer su trabajo y comunicar que diversos medios habían estado toda la mañana tratando de localizar al grupo.

 


Mas no nos adelantemos. En agradable paseo toda la expedición se dirigió por el paseo del Alcázar en dirección al restaurante La Cubana, lugar donde se celebraría el ágape fraternal. Este establecimiento hostelero con esencia de gran mesón castellano-manchego fue fundado en 1947 y está situado al otro lado del Puente de Alcántara y a los pies del Castillo de S. Servando, cuya vista se divisó todo el camino.

 

Castillo de origen árabe, hoy reservado a funciones bien distintas a las pensadas cuando fue construido. Edificio de planta cuadrada con muros de un espesor de casi tres metros y provisto de torres rectangulares.

 

 

Curioso resulta conocer que próximo al castillo existió un monasterio del que precisamente toma el nombre "S. Servando y S. Germano", nombre dado por Alfonso VI por salvar la vida en la batalla de Sagradas en el día de estos santos.

 

El castillo fue cedido junto con otras propiedades a la Orden del Temple cuando lo abandonaron los monjes marselleses, y ocupado por éstos hasta su extinción.

 

Siendo las 14.00 p.m., todos los asistentes tuvieron el placer de degustar en la comida de confraternización exquisitos platos muy típicos de La Mancha, entre los que no faltaron unos entrantes de queso manchego, setas al ajillo, jamón..., y como platos fuertes pierna de cordero o entrecot, todo ello regado del siempre agradable tinto de la tierra.

 

Además de los miembros de la Delegación madrileña de Templespaña más los adscritos toledanos, asistieron como invitados entre otros comensales el profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha don Luis Rodríguez Bausá, quien nos informo sobre su último libro “Toledo insólito: ensayo sobre lo mágico, oculto y misterioso”, que incluye un capítulo sobre el Temple, otro sobre la Mesa de Salomón y otro sobre las referencias griálicas toledanas. También asistió como invitado el presidente de la Asociación de Amigos del Castillo de Villalba (castillo de origen templario cuyas ruinas se encuentran en el término municipal de Cebolla, en la provincia de Toledo), don Ricardo Pérez Nombela, joven estudiante de Bellas Artes que pudo exponer ante la delegación de Templespaña el estado de abandono y deterioro en que se encuentra dicho castillo por culpa de su propietario el marqués de Griñón. Otro invitado fue don Julián Baños Sánchez, director gerente de la empresa “Entorno Toledo”, la cual se dedica a organizar actividades culturales y de ocio como son visitas al Toledo monumental, rutas gastronómicas, visitas a castillos y fortalezas de la provincia, ruta de El Quijote, o los originales paseos nocturnos guiados por la ciudad de Toledo, entre los que cabe destacar: “Toledo literario”, “Toledo mágico”, “La Inquisición en Toledo”, “Los Caballeros Templarios en Toledo”, “Leyendas clásicas”, “Puertas, murallas y torreones”, “Toledo visigodo”, “Las tres culturas en Toledo”, “Cábala, alquimia y nigromancia”, “Leyendas y enigmas árabes”, “Toledo islámico”, “Monasterios y conventos”, “Bécquer y Toledo”, “El Santo Grial en Toledo”, “El santoral diabólico de las iglesias toledanas”, “El bestiario medieval toledano”, “Las casas encantadas de Toledo”, “Cuevas, subterráneos y momias”, “Los gremios artesanales toledanos”, “Carlos V y Felipe II”, “Toledo en dos novelas: La Biblia Negra y La Judía de Toledo”, etc.

 

 

Los postres (tarta y helado) y el café de rigor dieron paso a la reunión de la Delegación de Madrid, cosa ésta al igual que la posterior visita a la fábrica de espadas “Swords from Toledo”, por invitación de su director comercial don Miguel Ángel García, que queda para otra crónica a cuyo cargo no sé si estarán encomendadas estas manos.

 

Todo ello dio por concluida la jornada. Despedidas con el deseo de que no fuese mucho el tiempo transcurrido hasta volver a vernos y la alegría de haber disfrutado de un día pleno de conocimientos, armonía y confraternización quedaba en el ambiente. Ese ambiente que recoge una sonrisa eterna y la repite a modo de eco al posicionar los ojos en actitud de recuerdo.

 

 

Bibliografía:

-         Archivo de los Duques de Frías.

-          Anales Toledanos I y II.

-         Historia de las calles de Toledo.

-         Archivo Histórico Municipal.

-          Guía de Toledo, J. Polo Benito y Ana Mª Acevedo.

-          Rito Hispano-Mozárabe, Ordinario de la Misa de la Muy Ilustre Capilla Mozárabe de la Catedral de Toledo.