Crónica de la visita al Museo de Tudela

El pasado sábado día 13 de junio de 2009, la Delegación en Navarra de Templespaña convocó una pequeña actividad cultural y de confraternización con motivo de la exposición en el Museo de Tudela de una serie de documentos relacionados con la Orden del Temple.

Si bien la asistencia fue más bien escasa, la abundancia se encontró en el  entusiasmo de cada uno de los que acudieron al evento y en lo fructuoso de la actividad.

Con una mañana soleada los asistentes nos reunimos en el lugar en que habíamos sido convocados, la plaza de San Jaime, para dirigirnos al museo que se encuentra a escasos metros del lugar. Llegamos temprano, y de ese modo pudimos disfrutar de la exposición con tranquilidad, sin ser interrumpidos en ningún momento por la algarabía, por desgracia tan habitual, que suele suceder en estos lugares cuando acuden determinados grupos poco concienciados o motivados.

Allí estaban expuestos los documentos, en una pequeña, diríase minúscula, vitrina de madera, al comienzo del pasillo superior de la sala en el cual se encuentra colocada una variada muestra de tallas de madera correspondientes a diferentes vírgenes y santos. Ni la ubicación de la vitrina, ni la iluminación de la misma –en la que incluso un foco, indebidamente situado, impedía la fácil visualización de uno de los pergaminos- parecía la más indicada para exponer unos documentos de cierta relevancia para cualquier persona interesada por la historia medieval de Navarra y, de manera especial, para todo aquel a quien le atraiga la temática templaria. Esta serie de condiciones no hicieron sino reforzar la ligera desazón por tratarse de una exposición temporal demasiado corta (apenas un mes) y escasamente divulgada (una pequeña noticia aparecida en el periódico regional). Por otro lado, estas carencias no impidieron que los asistentes pudiéramos disfrutar ante la visión de unos pergaminos muy bien conservados y en los cuales nos deleitamos un buen rato tratando de extraer –con nuestros limitados conocimientos de paleografía y latín- palabras o frases sueltas que nos ayudaran a comprender de un modo más amplio los textos que se nos presentaba ante los ojos.

Pulse en los siguientes enlaces para descargar más fotos de los documentos expuestos:
Imagen nº1
Imagen nº2
Imagen nº3
Imagen nº4

Transcurrido un buen rato, sin tener noción del tiempo pasado admirando los documentos que hacen referencia a una parte importante de la historia templaria de la Comunidad Foral, tocantes a los típicos pleitos de territorios y competencias de la época, nos dirigimos al claustro de la Catedral, -pendiente de restauración-, el cual recorrimos muy lentamente admirando sus capiteles tallados de manera profusa, y que narran con una gran expresividad los principales hechos del Nuevo Testamento, así como algunas escenas del Antiguo. En una de las alas del claustro, una puerta da acceso a lo que en su día fue una sinagoga judía, con varios artículos litúrgicos hebreos expuestos en su interior, además de un objeto ciertamente curioso: la “manta”, una especie de tremendo estandarte rojo con numerosos nombres de judíos conversos y sus respectivos oficios el cual servía hace siglos para que nunca se olvidase qué familias no eran “cristianas viejas”.

Finalizado el agradable y tranquilo paseo por los pasillos del claustro, nos dirigimos a la cercana localidad zaragozana de Novallas, de historia y tradición templarias, en la que se venía celebrando desde el día anterior la VI Feria Templaria, exhibiendo ese día un mercado medieval con actividades de ambientación en torno a los caballeros templarios.

Llegamos allí poco antes de mediodía y, con el sol en su punto álgido, el calor era agobiante. Nos dirigimos a la plaza del ayuntamiento, donde habían sido distribuidos los diferentes puestos de venta de productos artesanales: dulces, embutidos, quesos, joyas, jabones, cuero… además de la siempre imprescindible taberna, donde tuvimos el placer de tomar un descanso y refrescar nuestros gaznates mientras contemplábamos cómo los más pequeños disfrutaban con una serie de juegos medievales a caballo. A continuación, y tras realizar un breve recorrido por las mercaderías de los diferentes artesanos, asistimos a la representación de la admisión en la Orden del Temple de dos freires caballeros la cual, a pesar de la colorista parafernalia que suele rodear a la mayoría de este tipo de representaciones históricas, discurrió con una más que aceptable rigurosidad en cuanto al contenido de la misma se refiere.

Una vez finalizada la representación, y sin tiempo para más entretenimientos, se disolvió afectuosamente el grupo dejándonos con ganas de continuar otro día.