ASAMBLEA GENERAL La imperial ciudad de Toledo nos recibió el sábado día 13
de diciembre de 2008 con su cielo cubierto de un velo gris y una fina lluvia
que en ningún momento fue obstáculo para admirar sus ricos tesoros
arquitectónicos entre la tupida red de callejas de su trazado fundamentalmente
medieval. A las doce de la mañana estábamos citados en el Hostal
Casa de Cisneros, un recoleto y encantador edificio del siglo XV que perteneció
al Cabildo de En este bello y cálido entorno fuimos recibidos por
miembros de Templespaña y Baucan
ataviados con vestimentas y ajuar templario, en un escenario enmarcado por la exposición de armas medievales y del Processus contra Templarios, las fieles
reproducciones de las actas del proceso inquisitorial contra el Temple,
magnífica obra publicada en 2007 por el Archivo Secreto Vaticano, de la que Templespaña posee el número 333 de la serie limitada de 799
editados y que por primera vez se mostraba en público. El acto culminó con la proyección de un
montaje audiovisual sobre las actividades que Templespaña y Baucan están realizando en el castillo templario de Cornatel, en la localidad leonesa de Priaranza del Bierzo, desde el pasado mes de noviembre. Tras los saludos de rigor, la contemplación excitada,
nerviosa y gozosa del espectacular recibimiento por parte de los miembros de Baucan y, sobre todo, del mayor tesoro bibliográfico con
que cuenta hoy en día Templespaña, se procedió a la constitución de Tras la celebración de estos actos, los asistentes nos
trasladamos al Restaurante Museo de Productos de Castilla-La Mancha, donde
dimos cuenta de una suculenta comida de platos típicos de la cocina manchega y
disfrutamos del calor humano y afectivo de todos los participantes en los actos
que nos habían convocado en aquella fría mañana toledana. Después de comer volvimos al Hostal Casa de Cisneros para
la celebración de las diferentes reuniones
de trabajo a las que fuimos convocados: Consejo General de la Junta Directiva y Asamblea General de Socios,
de cuyos acuerdos dará cuenta el Secretario General. A las nueve y media de la noche, habiendo concluido la
parte oficial del encuentro, llegó el momento de nuestra primera ruta turística nocturna por «el Toledo de
los Templarios» dirigida por el profesor de En su artículo «El Grial templario de Toledo», Rafael Alarcón
señala sobre estas cuevas: «La fantasía popular las hace
escenario de las más fabulosas y esotéricas tradiciones, contando que allí
escondieron los templarios sus tesoros antes del arresto. Desde ellas iniciaba
su ronda espectral la "Procesión de las Ánimas", cuando a las doce de
la noche la campana de San Miguel tocaba sola para avisar a los vecinos, a fin
de que no saliesen de sus casas, mientras los fosforescentes espíritus
templarios vagaban por el barrio bajando hasta el río y regresando a la iglesia
antes del amanecer». Terminado
el paseo nocturno, la cena fue servida en el lujoso Restaurante Locum, una antigua casa del siglo XVII situada en una
calleja próxima a la catedral y que en épocas pasadas fue, curiosamente, el
lugar donde se situaban los «escusados» o servicios públicos de la ciudad. Dado lo avanzado de la hora y el frío reinante, tras la
cena la mayoría de los asistentes se retiraron a descansar. A primera hora de la mañana del domingo día 14 de
diciembre, día de San Juan de El siguiente encuentro del grupo,
en aquella mañana dominical de cielos nublados que fueron dando paso a un
tímido sol que calentaba poco y a un viento que soplaba con inclemencia, fue
convocado a las diez menos cuarto para asistir a la celebración de La belleza del acto litúrgico no puede ser descrita con
palabras por esta cronista. Es necesario vivirla para poder percibir toda la
riqueza de la liturgia de los cristianos hispanovisogodos
y altomedievales. Terminada la ceremonia religiosa
algunos de los asistentes a los eventos toledanos regresaron a sus hogares,
dada la lejanía de sus destinos. Los que pudimos permanecer en la ciudad del Tajo
fuimos sorprendidos con una visita
guiada por el exterior de Las iglesias de El Salvador y San Sebastián, que fueron
mezquitas en tiempos de los árabes, han sido
recientemente restauradas y en ellas aún se realizan excavaciones
arqueológicas, permaneciendo cerradas desde hace más de treinta años la primera
y más de cincuenta la segunda. En
la primera de ellas, la iglesia de El Salvador, se han encontrado restos
visigodos e incluso romanos del siglo II, por lo que, antes de transformarse en
mezquita, ya había sido un templo cristiano. Se
conserva la torre musulmana (alminar), aunque modificada cuando en 1159 los
cristianos recuperaron el culto, dando inicio así a una serie de reformas que
culminaron con la construcción a finales del siglo XV de la capilla de Santa Catalina, anexa a la cabecera, una espectacular muestra del
gótico final. En un muro que en su momento había sido la entrada a la mezquita
y que fue tapiado tras la reconversión en iglesia, nos encontramos grabada en
piedra una cruz de consagración paté. En el actual subsuelo habían aparecido
restos de tumbas antropomorfas, un aljibe y un pozo que posiblemente
correspondiesen a lo que se supone que era el patio de la mezquita. Esta
mezquita, tras la toma de la ciudad por parte de Alfonso VI y la cristianización
de la mezquita mayor, actual catedral, se convirtió a su vez en mezquita mayor
para los toledanos de culto islámico que vivían en la ciudad. De
la segunda iglesia, la de San Sebastián, templo de estilo mudéjar edificado
sobre construcciones anteriores visigodas, se dice que fue
la antigua mezquita de Al-Dabbagin
y su estructura, en base a una planta rectangular de forma basilical, está
organizada mediante dos arquerías compuestas por arcos de herradura que
descansan sobre dos capiteles romanos y seis visigodos reutilizados. Fue
también una de las parroquias mozárabes de Toledo. En esta visita tuvimos la
fortuna de subir a la
torre, alminar de la antigua mezquita, y contemplar desde allí una magnífica
panorámica de la ciudad de Toledo, con los restos de
murallas que aparecen en los «rodaderos», así como los de presas y antiguos molinos
situados sobre el río Tajo. Antes de despedirnos de nuestros
hermanos toledanos disfrutamos de un último ágape de hermandad en el
Restaurante Madre Tierra, considerado el primer restaurante vegetariano abierto
en Toledo. Toledo nos quiso despedir con una nevada y así pudimos
gozar de una vista distinta de la ciudad que en menos de quince minutos se
cubrió con un manto blanco para recordarnos que allí habían vivido unos
monjes-guerreros que precisamente llevaban por vestimenta un manto blanco. Málaga, 16 de diciembre de 2008 Emilia Cobo de Lara |