Visita cultural
LA DELEGACIÓN NAVARRA DE TEMPLESPAÑA EN LA RIOJA

Publicado el 6 de marzo de 2009, por Templespaña / Crónica: Raúl Riesco. Fotos: Iñaki Tabernero.

Cartel de la exposición Los templarios y otras órdenes militares El escaso número de asistentes a la llamada de la Delegación en Navarra de TEMPLESPAÑA, «Santa María de Eunate», no desmotivó a quienes participamos de un muy fraternal encuentro sumergidos en la historia y el arte en La Rioja, convocados a raíz de la exposición «Los templarios y otras órdenes militares», organizada en la capital Logroño.

Afortunadamente, las previsiones meteorológicas pesimistas de intensas lluvias no se cumplieron, y se pudo disfrutar de un día invernal fresco pero soleado.

La mañana comenzó a las nueve y media, con la visita a la concatedral Santa María la Redonda, llamada así por el original templo circular o poligonal al cual emplaza el actual edificio, bien dotado de obras de arte en su interior de estilo Reyes Católicos, con buenas tallas de los siglos XV y XVI, el sepulcro del obispo Pedro González del Castillo (1627), un Cristo yacente del siglo XVII, o incluso una Crucifixión pintada por Miguel Ángel Buonarroti. Los restos del matrimonio Espartero reposan en un mausoleo en el deambulatorio (1888).

La iglesia de San Bartolomé, semioculta por los edificios adyacentes a ella, nos llevó a los tiempos del románico y gótico con su factura entre los siglos XIII y XVI. Portada con la vida y martirio del santo titular, y capilla sepulcral de los Márquez en el interior. En sus tres naves se analizaron las diferentes etapas constructivas, por los testimonios que las sucesivas intervenciones arquitectónicas nos han dejado.

En la iglesia de Santa María de Palacio, antigua residencia de la jurisdicción de la orden del Santo Sepulcro en el reino de Castilla, con su precioso chapitel octogonal gótico del siglo XIII (testimonio de lo que la voluntad popular de conservación del patrimonio histórico-artístico consigue, no como con los pocos restos de muralla de las dos que tuvo la capital) admiramos sus numerosos retablos, estudiando de nuevo sus diferentes símbolos. El retablo mayor y el Cristo de Arnao de Bruselas (autor también del coro de la concatedral, en el siglo XVI).

Como anunciando nuestra próxima visita al enclave donde tuvo lugar la mítica batalla, la iglesia de Santiago el Real nos saludó con su imponente Matamoros del siglo XVIII en lo alto de la portada del XVII. Templo primigenio de la ciudad, antiguo archivo de la misma y defensa frente a la invasión francesa de 1521. Juan de Corella diseñó en el siglo XVI, en el estilo Reyes Católicos, una imponente nave sin columnas con cuatro tramos cubiertos con bóvedas de crucería estrellada, que mide 42,10 metros de longitud desde el paramento interior al ábside hasta el marco de entrada al coro; 15,40 de anchura entre arcos divisores de los tramos y 24,30 metros de altura. Preside un único y bello retablo (1740), en el que se presentan diferentes escenas de Santiago, en su faceta apostólica, peregrina y guerrera. La imagen sedente de Nuestra Señora de la Esperanza (XIV), los sepulcros orantes manieristas de los Estrella (XVI) o el gran relicario templete del XVIII son otras joyas que alberga este templo.

Lamentablemente, muy poco queda de las dos murallas que protegieron Logroño, tras el repetido e ignorante frenesí destructivo de la piqueta. La del siglo XIX (levantada en 1837-39, con motivo de la Primera Guerra Carlista) y la del XII. De las modificaciones con que el emperador Carlos I dotó a la ciudad en el siglo XVI, ha sobrevivido en la calle Once de Junio (nombre que recuerda el día de la victoria frente al invasor francés, en su asedio del 23 de mayo al 10 de junio de 1521, y origen del patronazgo de San Bernabé), una puerta con el escudo imperial y un cubo en el que se expone, además de la explicación del sistema defensivo del revellín, la evolución de la ciudad a lo largo de los siglos.

Un socio atiende las explicaciones del Coordinador General, Raúl Riesco, en el castillo de Clavijo

Las viandas de la cocina riojana disfrutadas en alegre confraternización proporcionaron el necesario descanso antes de acometer la subida al castillo de Clavijo, en el valle del Iregua, famoso enclave de la Historia de España, con la referencia de la mítica batalla entre Ramiro I de Asturias y el emir de Al-Ándalus Abderramán II en 844, contra el Tributo de las Cien Doncellas, aunque posiblemente se trate del embate entre Ordoño I y Musa ibn Musa de los Banu Qasi, caudillo de Tudela (Navarra), en 859. La conocida intervención milagrosa del Apóstol a lomos de un corcel blanco derivó en el tradicional Voto a Santiago, y su patronazgo de la Patria, además del de la poderosa orden caballeresca española jacobea, fundada en 1170. La bruma de los hechos a la luz de las pruebas históricas, no debe hacernos olvidar no sólo que las gentes de esa época y posteriores lo vivieron como plenamente auténtico, sino que a partir de este momento, justificado el alzamiento contra el yugo islámico, comenzó el imparable empuje de la Reconquista cristiana hacia el sur. De pocos hechos, como éste, puede decirse que cambiaron la Historia de España, a pesar de que la incuria habitual de nuestras autoridades mantengan el enclave, restaurado pero no con la dotación museística que este tipo de lugares merece.

Y la última parada de la jornada estuvo reservada para la exposición «Los templarios y otras órdenes militares», en el Centro Cultural La Merced de la Fundación Caja Rioja, participada por el consorcio turístico-cultural Domus Templi.


(Vídeo de la exposición «Los templarios y otras órdenes militares»)

Centrada en la orden del Templo, los interesantes paneles informativos resumían tanto los diferentes aspectos de las principales órdenes caballerescas así como la génesis de las primeras Cruzadas que las gestaron. Algunos maniquíes decorativos, reproducciones de armas y una maqueta de la fortaleza siria del Krak de los Caballeros completaban una muestra que terminaba con una voluntarista y pobre recreación en vídeo de la entrega del castillo de Monzón y de su último comendador Berenguer de Belvís frente a las tropas del rey Jaime II de Aragón (24/5/1309). Por cierto, que cuando se trata el tema de los restos de los templarios, indican que «desaparecieron» en la restauración de 1997 de la iglesia de Belver, sin especificar cuál fue su verdadero destino (véase al respecto la crónica del llamado Caso Belver).

Por último, debemos señalar también que, pese a la notable afluencia de visitas, consideramos que las fechas y, sobre todo, el horario de la exposición resultan bastante restrictivos.

El intercambio de opiniones de los participantes, acompañadas del vino español de rigor en esta afamada tierra vinícola, pusieron el punto final a esta interesante jornada.